Somos el abrazo de Dios a la humanidad que está más herida y abandonada, abrazo personal a cada una de las mujeres y personas que acompañamos, como únicas y especiales a los ojos de Dios.
Nuestras comunidades son hogares de acogida en los que compartimos vida, casa y amistad, es mucho más que acoger…. Ser familia.
- Acogemos a cada mujer como única, como un tesoro.
- Acompañamos sus procesos de crecimiento y recuperación:.
- Ayudamos a que salga lo mejor de cada una.
- Celebramos juntas la vida, los pequeños logros, los acontecimientos importantes.
- Vivimos en agradecimiento cada día como una oportunidad para comenzar de nuevo
- Aprendemos juntas, nos enriquecemos con la diversidad cultural y los dones de cada una.
- Creamos vínculos de afecto y confianza para toda la vida.
Que puedan experimentar a través de nuestra vida, su Amor personal por cada una, ofreciéndoles lo mas importante, el fin para lo que hemos sido creadas “evangelizar y anunciar a Jesucristo”.
Les ofrecemos el apoyo necesario para rehacer sus vidas, acompañándoles en itinerarios personalizados, poniendo a su disposición todas las ayudas necesarias (formación básica y para el empleo, atención jurídica, psicológica, social, sanitaria, espiritual) para lograr su promoción y autonomía.

Como nos decía nuestra fundadora que cada una de las chicas que llegan a la casa sepan que es la casa de Dios quien las recibe y se sientan acogidas por las hermanas que las aman y miran su entrada en la casa como si fuera un tesoro.
(Isabel Garbayo)